Investigar y crear modelos pedagógicos en el arte, podría resultar afortunado para coadyuvar en la integración de nuestra confusa educación artística teatral en nuestro país. Darle sentido y coherencia a la cantidad de teorías, dinámicas, sistemas y contenidos académicos que a lo largo del siglo pasado se han ido desarrollando en nuestra comunidad puede resultar una tarea imposible. Sin embargo y por el aumento incontrolable de directores, actores, profesores de teatro y escuelas, esta información teatral es de suma importancia intentar realizar un orden más objetivo y conformar un carácter más serio a los diferentes paradigmas que constituyen nuestra actividad escénica. Si bien se ha logrado crear un nuevo despertar teatral mexicano, sería conveniente que en esta cantidad de saberes artísticos y pedagógicos influidos ya por la edad contemporánea se vincule y constituyan un programa que testifique y organice los perfiles académicos para la creación de un nuevo y sano sistema artístico pedagógico mexicano.
Por lo tanto es importante recalcar que existe entre la formación del artista y del educador una brecha muy grande, que solo el estudio, la investigación y la conformación de modelos educativos puedan ayudar a la integración dichas actividades.
Sabemos que el actor, el pedagogo, el director o el investigador teatral de nuestro tiempo, estudian o solo se dedican a su actividad escénica. Sin embargo, la necesidad de subsistencia o la carencia de espacios donde se pueda desarrollar proyectos culturales interdisciplinarios los obliga a trabajar solos sin que su experiencia pedagógica pueda trascender para la evolución de su proyecto de vida donde en muchos de los casos termina por aniquilar la vida creativa.
Por lo tanto, la Escuela Libre de Teatro Mexicano surge en 1990 a partir de encuentros escénicos y pláticas informales con actores, directores, maestros, científicos, y publico general realizadas por Fernando Briones con base a cuatro premisas:
1) ¿Si es que existe dentro de nuestro teatro mexicano escenificaciones con una identidad nacional o son tan solo una copia mediocre de procesos, modelos y repeticiones confusas de otras puestas en escenas europeas, norteamericanas o extranjeras?
2) ¿Sabe más aquel director que monta tres obras o hasta cuatro al año o aquel que estudia un proceso para la creación de un montaje?
3) ¿Es mejor actor aquel que desarrolla su actividad en la televisión, cine y teatro o aquel que se abstrae para crear un solo personaje al año?
4) ¿Existe efectivamente el concepto de interdisciplinariedad en el teatro?
Siendo por lo tanto la actividad teatral una gama infinita de prácticas, estudios y teorías dramáticas sería conveniente argumentar ¿Cuántas de ellas se alejan del espíritu humano y de la evolución de la realidad mexicana?
La ELITEM (Escuela Libre de Teatro Mexicano) por lo tanto en 1994 fue asimilada por la Casa de la Cultura Jaime Sabines para encontrar similitudes entre todas estas manifestaciones y así poder encontrar respuestas a estas interrogantes.
Ahora en el 2017 nos encontramos en la búsqueda de un espacio aúlico para continuar con el proyecto educativo.